La práctica clínica actual se caracteriza por la importancia de la calidad de vida del paciente y la necesidad de reducir los costes de su tratamiento. Actualmente se buscan alternativas de terapia intravenosa que satisfagan las necesidades del paciente, reduciendo las complicaciones asociadas al uso de catéteres venosos centrales.
La canalización de accesos percutáneos se muestra como una alternativa de menor complejidad en su colocación, menores riesgos y costes mas bajos, siendo esta una practica habitual en el personal de enfermería podemos señalar que es una alternativa que optimiza el recurso humano calificado dentro de las instituciones de salud a la vez que proporciona una alternativa de terapia intravenosa muy completa para diferentes tipos de pacientes.
Sin embargo, el acceso venoso periférico resulta en ocasiones muy complicado cuando un enfermero/a ha experimentado más de 1 intento fallido sin lograr la canalización de un vaso sanguíneo al utilizar métodos facilitadores como: La aplicación del torniquete 5-10cm por encima de la zona de punción, colocación del miembro a puncionar por debajo del nivel del corazón y la palpación y visualización de las venas a puncionar.
Consecuencias de la vía venosa difícil
La canalización difícil y los intentos repetidos de inserción son incómodos o incluso traumáticos para los pacientes, frustrantes y desafiantes para los profesionales de la salud, y costos para las instituciones.
Por otra parte, el acceso venoso difícil es responsable de demoras en el diagnóstico y en el inicio del tratamiento. Las venopunciones fallidas pueden obstaculizar la confianza del paciente en los profesionales de la salud, al tiempo que intensifican la ansiedad y la agitación del mismo, lo que a su vez puede causar que la vena se colapse, dificultando aún más la tarea.
Los intentos de inserción posteriores suelen ser más dolorosos y se asocian con complicaciones como extravasaciones, que causan o empeoran el temor del paciente hacia las agujas o procedimientos invasivos de tipo vascular.
En los pacientes pediátricos se utiliza, la escala predictiva de vía venosa difícil (DIVA), se puede predecir a través de ella la probabilidad de fallo de la canulación en el primer intento, esta escala utiliza 4 variables proporcionalmente ponderadas cuyo valor obtenido indicaran el grado de dificultad al realizar este procedimiento, y orientan por tanto el uso de otros métodos que ayuden a disminuir las punciones como es el uso de la ecografía que aumenta la probabilidad de una canulación periférica exitosa en pacientes de difícil acceso y la utilización de catéteres de línea media que permitan que el paciente permanezca con este dispositivo el tiempo necesario para su tratamiento.
La evidencia científica nos indica que existen catéteres venosos de línea media que ofrecen a pacientes y profesionales la posibilidad de aumentar la duración de la terapia intravenosa, utilizando materiales de mejor compatibilidad venosa y con menor riesgo de infección. Los catéteres de línea media se están convirtiendo en un dispositivo seguro y eficaz para la terapia intravenosa, la infusión continua e intermitente, brindados los cuidados necesarios por el personal de enfermería de las instituciones de salud.

